Ley Nº 15.239
Política
de cuidado de suelos del Gobierno regula el 95% de las tierras cultivables del
Uruguay
En
Uruguay, los productores rurales presentaron 13.160 planes de uso y manejo de
suelo que abarcan un millón y medio de hectáreas productivas, según el último
informe del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) a octubre de
2015. Un 95% de las tierras cultivadas están reguladas por la ley Nº 15.239 de
Uso y Conservación de los Suelos y de las Aguas. Gracias a esta política,
Uruguay fue destacado como ejemplo el panel “Iniciativa 4/1000, suelos para la
seguridad alimentaria y el clima”, realizado en París en diciembre de 2015 en
el marco de la Conferencia Especializada sobre Sustentabilidad e Innovación de
las Naciones Unidas (COP 21).
La erosión hídrica del suelo es el principal problema
medioambiental de Uruguay como país que está asociada a la producción
agropecuaria. La Facultad de Ciencias define a este fenómeno como “el arrastre
de partículas constituyentes del suelo por la acción del agua en movimiento o
por la acción del viento”.
Los factores de la erosión pueden ser naturales, entre
ellos el clima, el relieve, la vegetación y los suelos y antrópicos: uso y
manejo, tenencia de la tierra por propietario, medianero, arrendatario, educación
y falta de consulta técnica. Hay distintos tipos de erosión hídrica: laminar
(superficial), surcos y zanjas o cárcavas (pérdidas de grandes masas de suelo)
que se deben al impacto de la gota de lluvia, percolación o deslizamiento.
La actividad humana, en cambio, es la principal causa de
la erosión del suelo. Según el uso que se le dé a la tierra, las pérdidas por
erosión serán diferentes, aseguró la directora general de Recursos Naturales
Renovables del MGAP, Mariana Hill, en referencia a las prácticas empleadas para
el cultivo en el país. “Por ejemplo si se ara la tierra y se siembra de modo
que las filas del cultivo queden en el mismo sentido que la pendiente del
terreno, o sea en bajada, el riesgo es mayor porque es fácil que el agua corra
y lleve el suelo a arroyos”, explicó.
Planes
de uso y manejo de suelo
La población mundial se duplicó en los últimos 40 años y
el mayor desafío es proporcionar alimentos para todos. Frente a esta situación,
Uruguay, país que produce alimentos para 30 millones de personas se prepara
para intensificar su producción haciendo un uso más eficaz de sus recursos de
tierra y agua sin causar perjuicios para el medio ambiente.
El hombre con sus prácticas agrícolas debe hacer los
mayores esfuerzos para conservar las propiedades de los suelos recuperándolo de
los daños producidos por la erosión hídrica que provoca pérdidas importantes a
nivel ambiental y económico. Esta no solo provoca daños en el suelo que se erosiona
sino a los sitios del paisaje en los que se depositan los sedimentos y los
ecosistemas acuáticos a los que el suelo es exportado.
Como forma de mitigación, implementa desde 2013 la ley Nº
15.239 que prevé, entre otras medidas, que los productores de cultivos deben
presentar planes de manejo del suelo y especificar las rotaciones de cada
predio. Deben mantenerse dentro de niveles de erosión de la tierra tolerables,
los cuales están basados en las características locales del suelo.
La iniciativa fue, desde su implementación en 2013,
ampliamente aceptada por los productores y dos años más tarde presentaron 13.160
planes de uso y manejo que alcanzan a un millón y medio de hectáreas
productivas, un 95% de las tierras cultivables del país. Este alto porcentaje
requirió la acreditación de más de 600 profesionales (ingenieros agrónomos)
quienes asesoran al productor, diseñan el plan y lo presentan ante el
ministerio.
Para conservar el suelo es necesario conocerlo, usarlo y
manejarlo correctamente y planificar su explotación. La elaboración de un mapa
de suelos y de su capacidad de uso diseñado por un ingeniero agrónomo permite conocer
y ubicar en el terreno los distintos tipos de suelos que hay en el establecimiento.
En base a ese mapa el productor junto con el técnico podrá planificar un
sistema de producción que busque obtener altas producciones a lo largo del
tiempo y a la vez conservar el suelo manteniendo o aumentando su productividad
natural.
La rotación de cultivos es una de las formas más
aplicadas para evitar el desgaste del suelo. Si en una chacra año tras año se
realizan cultivos que desgastan el suelo, disminuyendo su materia orgánica
(humus y nutrientes) y que favorecen la erosión, ésta se agrava cada vez más y
la tierra se empobrece. En cambio, si en esa chacra se alternan los cultivos
con praderas, los efectos de la erosión disminuirán y los suelos se
recuperarán, porque las praderas ayudan a recuperar la materia orgánica, los
nutrientes y las buenas condiciones físicas del suelo. Por eso conviene sembrar
unos años cultivos y luego en esa chacra hacer una pradera; a esto se le llama
rotaciones cultivo-pradera en el uso de la tierra.
El uso de fertilizantes, el trabajo adecuado de la
tierra, la aplicación del sistema de siembra directa, la creación de fajas de
pasto y el manejo eficaz del campo de pastoreo, son otras de las medidas a
tener en cuenta para evitar la erosión de la tierra.
El titular de la explotación agropecuaria o el tenedor a
cualquier título es el responsable de la
elaboración y cumplimiento del plan presentado por un ingeniero agrónomo. Este plan mantendrá su
vigencia por el período establecido en su elaboración, independientemente de
que cambie el responsable de la tierra. El plan deberán presentarlo quienes siembren
más de 100 hectáreas de cultivos.
De constatarse el incumplimiento en la aplicación de las
técnicas aludidas en el plan, el MGAP aplicará sanciones establecidas en la
normativa vigente y en todos los casos será solidariamente responsable el
propietario del predio. Las multas serán entre 10 Unidades Reajustables y
10.000 Unidades Reajustables ($907,60, valores a agosto de 2016) y la
suspensión por hasta un año de habilitaciones, permisos o autorizaciones para
la actividad respectiva.
En 2016, la Dirección de Recursos Naturales realizó una
nueva convocatoria para la presentación de planes de uso y manejo de suelo a
partir del 15 de junio y se extiende hasta el 31 de agosto.